UNA ALDEA Y CUATRO FAMILIAS
Había una vez un pueblo muy pequeño en el que vivían cuatro familias: la familia Tartas,la familia Peces, la familia Sal y la familia Patatas. La familia de las tartas estaba formada por los padres -Tartero y Tartera- y sus tres hijos: Tártara,Tartar y Tartón. La familia Peces por los padres - Pescador y Pescadora- y sus hijos Pececillo, pescadito y pescadilla.
Ambas familias se llevaban muy mal y siempre discutían por cualquier cosa, la familia Tartas decía que la familia Peces olía muy mal y a la familia Peces le molestaba el olor dulzón de la familia Tartas….y nunca se ponían de acuerdo en nada.
La familia Sal y la familia Patatas estaban cansadas del mal ambiente que se vivía en el pueblo y decidieron reunirse en asamblea para hablar del problema y tomar una decisión para acabar con aquellas peleas.
Una noche después de trabajar, la familia Sal formada por Don Salero y Doña Salina y sus hijos Saladito, Salero y Salazón, fueron al granero de la familia Patata a reunirse allí con Don Patatero y Doña patatera y sus hijos Patatal, Patatita y Patatón y durante horas estuvieron intentando buscar soluciones que ofrecer a las otras dos familias del pueblo para que se llevaran mejor. No podían entender como algo tan simple como el olor les había hecho llevarse tan mal.
Después de mucho discutir, charlar y pensar, decidieron que la única solución era que las cuatro familias se juntasen e intentasen ponerse de acuerdo para poder vivir en paz en su querida aldea.
Al día siguiente hicieron una reunión en la salina de la familia Sal y fueron todos los miembros de las cuatro familias y Don Salero y Don Patatero les dijeron a Don Tartero y Don Pescador el motivo de esta reunión y lo que pretendían conseguir. Les contaron que a ellos les resultaba muy difícil vivir en el pueblo siendo tan pocos habitantes y todo el día escuchando peleas por tonterías. También les dijeron que estaban pensando marcharse del pueblo a un lugar más tranquilo. Al oír esto, Don Tartero y Don Pescador, se miraron y los dos pensaron que ellos tenía razón y que no podían seguir discutiendo toda la vida y por supuesto no querían que sus amigos Don Salero y Don Patatero se marcharan del pueblo.
Y así fue como empezó la buena relación entre las cuatro familias.